En nuestro país el cáncer de
cabeza y cuello (CCC) ocasiona, según datos del año 2000 del Centro Nacional de
Estadística, una tasa ajustada de 13,19 muertes por 100.000 habitante/año en
varones y 1,12 muertes por 100.000 habitante/año en mujeres, poniendo de
manifiesto la diferente prevalencia en cuanto a sexos. España se encuentra
entre los países europeos con incidencia alta, especialmente en cáncer de
laringe, y aunque la mortalidad mantiene una tendencia a disminuir en los
últimos años, sigue siendo elevada en el suroeste de Andalucía (Huelva, Cádiz y
la zona suroccidental de Sevilla) con respecto al resto de la Comunidad.
El carcinoma de laringe
constituye el 40% de los CCC, su incidencia es de 4 casos por 100.000
habitante/año y es más frecuente en hombres que en mujeres, guardando una
relación con el consumo de tabaco y alcohol. La edad media de aparición de
estos tumores está entre los 55 y 65 años.
Los carcinomas de cavidad oral y
orofaringe representan el 40% de los CCC, comparten con los de laringe múltiples
características epidemiológicas. En la Bahía de Cádiz el riesgo relativo es del
1,59 y con una tendencia creciente respecto a la media de la Comunidad
Andaluza.
Aproximadamente el 12,5% de todas
las consultas de oncología está generada por pacientes diagnosticados de CCC y
en torno al 20% de los nuevos casos clínicos corresponde a esta patología.
Por tanto cuando hablamos del
cáncer de cabeza y cuello nos estamos refiriendo a una neoplasia heterogénea
que afecta a múltiples localizaciones anatómicas que por su localización,
comportamiento y vías de diseminación, tienen un tratamiento y pronóstico con
diferentes enfoques, con una supervivencia a cinco años, en nuestro medio, que
oscila entre el 94% en el cáncer de labio y el 25% en algunos tumores de
faringe.
A pesar de localizarse en
estructuras fácilmente accesibles para la exploración, solamente la laringe y
la cavidad oral son localizaciones donde los tumores se diagnostican más
frecuentemente en estadios precoces, mientras que los tumores localizados en la
faringe se diagnostican mayoritariamente en estadios avanzados.
Esta variabilidad en la
localización, afectando órganos que participan en la fonación y la deglución,
funciones fundamentales para el paciente, y su comportamiento evolutivo,
exigen que los cánceres de cabeza y cuello sean abordados desde una perspectiva
multidisciplinar, tanto en las actividades de detección precoz como en el diagnóstico
y tratamiento, al estar implicados una gran variedad de profesionales tanto del
ámbito de la Atención Primaria como de Atención Hospitalaria siendo, además
imprescindible una perfecta coordinación que garantice la continuidad
asistencial. La ventaja de la implicación de un grupo de profesionales de
distinta formación y distinta área de conocimiento, es clara, pues se garantiza
la respuesta a todos los aspectos de la enfermedad, necesidades y expectativas
del paciente.
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http://www.juntadeandalucia.es/salud/export/sites/csalud/galerias/documentos/p_3_p_3_procesos_asistenciales_integrados/cancer_cabeza_cuello/cancer_cabeza_cuello.pdf